miércoles, 26 de enero de 2011

ATARDECER

Fue en un atardecer
frío de invierno.
Como una pesada losa,
te transformaste en pesadilla
y sucumbí a tus encantos,
a tu canibalismo extremo.
Olvidé mis promesas y sueños
y caí bajo tu influjo.

Fue en un atardecer;
desperté sobresaltado,
Te miré a los ojos:
me sonreíste,
y nada había cambiado
todo permanecía igual.
Y las sombras se marcharon
para nunca regresar.