Fue en un atardecer
frío de invierno.
Como una pesada losa,
te transformaste en pesadilla
y sucumbí a tus encantos,
a tu canibalismo extremo.
Olvidé mis promesas y sueños
y caí bajo tu influjo.
Fue en un atardecer;
desperté sobresaltado,
Te miré a los ojos:
me sonreíste,
y nada había cambiado
todo permanecía igual.
Y las sombras se marcharon
para nunca regresar.
miércoles, 26 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mi lista de blogs
-
-
PRELUDIOHace 1 mes
-
El cielo sigue siendo azul...Hace 9 años
-
Atención, más obrasHace 10 años
-
Nota de redacciónHace 11 años
-
OfrendaHace 12 años
-
-
-
3 comentarios:
PRECIOSO!!!
Gracias Victoria.Besos...
muy lindo!!!
Publicar un comentario