El viernes siete de Marzo estuvimos en el circulo de Bellas Artes en la presentación del último poemario escrito por Ángel Petisme.La presentación corrió a cargo del poeta asturiano Fernando Beltrán, Ángel Guinda y el propio autor. A continuación adjunto el texto que preparo Guinda para este evento y unas fotos de la misma.Despues del acto cenamos en el Alambique con tertulia incluida
Presentación de Ángel Guinda de “Demolición…” en MadridGuardado en:
Ahí afuera,
poesía — petisme @ 10:09 am
“Cogido de vuestro brazo, mejor: acogido por vuestro abrazo, comenzaré y terminaré este entrañable paseo de lujo hacia el alma de mi amigo y gran poeta Angel Petisme leyendo dos de los muchos textos de su libro Demolición del Arco Iris que me han atravesado.
Después de la lluvia (p. 56)
Soy una ciudad con un solo hombre.Una mujer con muchos hombres en su vientre.
Angel me ha parecido siempre un poeta claro, directo. Ahora más.Un poeta puro que ha escrito siempre poesía impura, con tachones incluso, como la vida misma -emborronada por la muerte.Uno de sus afanes estéticos es cómplice de esa tendencia artística llamada feísmo: Angel pretende embellecer la fealdad del mundo.
Angel es un poeta original, consciente de que la originalidad consiste en el reconocimiento de los propios orígenes.En Demolición del Arco Iris aparecen Goya, Gracián, Servet, Marcial, Ibn Gabirol, Avempace o Sender y sus monólogos dialogando.Anotamos constantes alusiones aragonesas como “las Mil y una Noches de Aragón y su desasosiego” y expresiones vernáculas como “modorras seculares” o “no me vengas jodiendo la marrana“.
Angel es un poeta que utiliza el talento, la imaginación y el artificio poético de manera visceral, sin florituras.Quiere que nos comamos las palabras crudas (las palabras eternas y aquellas otras recién salidas del horno), sin hervir, sin freír, sin condimentar, sin masticar, para acostumbrarnos a que la vida no se nos indigeste, porque la vida hemos de vivirla en crudo, porque la vida es cruel, además de hermosa, además de irrepetible.
Angel ha tenido la delicadeza de hacer que la solidaridad sea una de sus obsesiones crónicas.Angel ha sido siempre un poeta comprometido. Ahora más.Un militante de la verdad a voz armada que practica, poéticamente, la guerrilla social, cultural y política con la misma fiereza que mi admirado Fernando Beltrán, poeta entrometido.
Angel es un poeta postmoderno, es decir, no idolatra la transcendencia, es decir, hace transcendente la banalidad.Seguro que para él (como para la artista plástica Catalina Parra, hija de Nicanor Parra) Estados Unidos sigue siendo un país donde la libertad es una estatua.Y seguro que para él, la gloria terrenal, tan pequeñica y efímera, es también esa estatua en la que acaban cagándose las palomas.Una observación: la postmodernidad pasará, pero la poesía de Angel no pasará.
Cuando me pongo a recordar libros de Angel como Amor y cartografía, El cielo de Bagdad o Insomnio de Ramalah,me reafirmo en la idea de que su obra tiene una atmósfera de álbum de viajes, de cuaderno de bitácora.Demolición del Arco Iris, más.
Pero no se trata de viajes turísticos, no, sino de viajes fértiles para el compromiso, exploraciones al tuétano del dolor, al ámbito de la desgracia, fieles a esa eterna condición de homo viator que marca al ser humano desde que nace hasta que muere.
Después de la tormenta sale el arco iris.Pero si es demolido el arco iris, el tormento de vivir se enquista en nuestros mundos personales como una alarma, como un S.O.S.desesperado que nos reclama, nos llama, nos reúne en llamaradas de acción para luchar contra la adversidad, contra la injusticia, contra el hambre, la violencia, las agresiones a los pueblos, a cada mujer y a cada hombre: a todos aquellos para quienes la existencia es, día a día, una resistencia.
En Demolición del Arco Iris, Angel afronta el reto de poetizar mediante la técnica verbal de tomas cinematográficas.Así, su nuevo libro es una película de amor y de terror, un documental de lo que sucede en nuestro interior cuando contemplamos lo que sucede fuera de nosotros.Transforma la atroz realidad en amable ficción utilizando el humor y la ironía desdramatizadora como variantes del amor a la humanidad.Perpetúa en nuestra memoria histérica la inmediatez de los acontecimientos.
Este libro es un catálogo de casos humanos, de lugares y mundos de cada lugar.Este libro es una ecografía de la grandeza y miserabilidad de la condición humana. Este libro es también un libro de ángeles.Aquí se reúnen el Angel profético, el Angel desescombrador de las catástrofes, el Angel armonizador del caos, el Angel apocalíptico, el Angel cronista, el Angel acusador, el Angel resistente, el Angel seductor, el Angel surrealista, el Angel demoledor, el Angel fálico, el Angel redentor, el Angel crucificado.
Y para terminar diré que Angel, Petisme, es un poeta mago.Un poeta capaz de ampliar, como César Vallejo, las funciones de la poesía: gnómica, expresiva, simbólica, estética, gnósica y catártica.Me refiero a esa función capaz de trastocar el tiempo, anticipándolo, incluso borrándolo.Gracias a esa magia, Petisme, Angel, es, ahora mismo, un resucitado entre nosotros.Lo demostraré leyendo el primer poema que conviví, al azar, de este extraordinario libro que es Demolición de Arco Iris. Se trata de su propia “Necrológica” (p. 41).”
Ángel GUINDA